domingo, 25 de abril de 2010

42 a los 42





Digamos que mi primer maratón ha sido el desencadenante de que me haya metido a bloggera. Después de parir, una de las experiencias más emocionantes de mi vida que me acuerde al menos (supongo que serán las que cuentan!). Aquí os pego la crónica que escribí para el blog de mi amigo de club Canguro, Cris, para que veáis lo "freaky" que es una...

Tengo que contarlo. Fue en Paris. Mi primera vez. Correr un maratón siempre me parecía una locura. Pero en esta ocasión también lo era no intentarlo dada mis condiciones de fondera, mi relativo buen estado de forma físico y anímico y el reloj biológico que avanza veloz. A saber cuando vuelven a alinearse los astros. Hay que aprovechar. Sin duda podría resumir que el pasado domingo, 11 de abril el maratón de Paris fue una de las experiencias más emocionantes de mi vida (el primer lugar lo ocupa el parto de mis hijas). Quizás sea porque ambos acontecimientos requieren una larga preparación previa, je, je. Pensaréis que soy una exagerada, pero preguntad a cualquier chica, a ver qué os dice. Mi amiga Cris que también se estrenaba acabó en 4.20h y comparó la experiencia con el parto de su hijo menor que fue largo y complicado, y nuestra experimentada Elsi, con más de 10 maratones en sus piernas, me dice que ella también cruzó muchas metas entre lágrimas. La realidad es que no podía haber salido mejor la aventura parisina puesto que el promotor de la iniciativa, mi Fer, con dos infiltraciones en su maltrecha rodilla y nuestros dos amigos terminan con marcas mejores de las previstas.

Las 16 semanas de entrenamiento, de comer 5 ó ¡6! veces al día, de vitaminas, higos y nueces, de inseguridades, de series fantásticas con los grandes amigos que sacan lo mejor de una misma, de ritmos a punta de látigo en el Bosque con Morales en la bici, de tiradas largas y solitarias descubriendo nuevas rutas sintiéndose como Forrest Gump sin saber a donde te llevan (a Colmenarejo, por ejemplo), de reencontrarse con una misma sin tapujos... han hecho posibles ese registro: 3.04.50 (28ª en la clasificación general y 5ª de mi categoría) que dedico a todas las Canguras y Canguros que me han apoyado y alentado, con palabras, gestos o entrenos y por supuesto a la familia a la que robo tiempo y que aguanta estoica mis variables estados de ánimo y a los amigos no atléticos por recordarme que hay mundo más allá del atletismo.

A todos, porque vuestro recuerdo ha sido mi motor a partir del km 30 cuando las piernas comienzan a endurecerse, los músculos se contraen y el ácido láctico no perdona. Hasta entonces mi ritmo de carrera ha sido incluso superior al previsto: 4.16-4.17/km. Luego pierdo algunos segundos pero sin llegar a 4.20, tiempo que me había marcado como límite. Tal es mi obsesión por mantener un ritmo desde el principio me hace perder de vista hasta la torre Eiffel, tan concentrada que voy, pero logro el objetivo y paso la media en 1.31. A partir de esa segunda mitad en la que se inicia la cuenta atrás, no empiezo a fijarme en el público animando y en otros corredores. Somos cerca de 40.000. Y entonces disfruto de las innumerables bandas y charangas que interpretan hasta un pasodoble de Manolo Escobar, del sol y de la bella capital. No me salto ni un avituallamiento como mandan los expertos. Exprimo las naranjas contra los dientes hasta dejarlas secas. Ahí ya he pasado a los otros dos Canguros en Paris (Mayte y José Luis) que también triunfarían. A esas alturas da igual lo que diga el cuerpo. No hay dolor, son imaginaciones, mira qué parque tan frondoso (bois de Boulogne) y qué grande, es que no se acaba nunca JJJ... ¿pero esto no terminaba en la ciudad? La cabeza manda y qué verdad es que los dos últimos kms. se hacen con el corazón (y con un delicioso vasito de mosto para endulzar!). Se materializa la obviedad de que la planificación a largo plazo, la determinación y la tenacidad, cualidades que me resultan ajenas hasta la fecha, dan su fruto. Y tras cruzar la meta la mujer más feliz de la Tierra andando por los Campos Elíseos piensa en cuál será el siguiente. Ya corre el virus del maratón por sus venas.


1 comentario:

  1. ¡Vaya zancada Patri! ¡Vuelas sobre el asfalto!
    Creo que has acertado al elegir París para tu primer maratón (chauvinismo aparte) porque Madrid con su calor y su recorrido lo hacen más cuesta arriba (parece)! Tienes toda nuestra admiración!! Jaime acabó ayer con un dorsal premonitorio (3310) en 3:31:00!! y te dice "¡chapeau!!"
    A ver si puedo algún día lanzarme en esta aventura del maratón. Como consuelo, me quedan 5 años para poner el mismo título que el tuyo!! ;-)
    Marine

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